Somos más arabes que los musulmanes

Según algunos estudios nuevos, en la Vega Baja tenemos decenas de costumbres árabes que ya no tienen las culturas que convivieron con nosotros del siglo VIII al XVI. Se sabía que la forma de enterrar a nuestros muertos con trajes, la ausencia de joyas en las tumbas, las almojábanas, las monas, el sistema de riego, los patios, los jardines interiores, el tener la casa sobre el negocio… todo era herencia árabe. Ahora los nuevos estudios, aclaman que más del 33% de las palabras del panocho (unas 1.700), no son de raíces aragonesas o catalanas, sino transcripciones fonéticas del árabe; las alfombras de Crevillente, los gatos como animal domestico, los cafés fuertes, las infusiones con miel o el bombón, los mercados al aire libre, el adular a las mujeres a todas horas, el mal de ojo (heredado de los antiguos egipcios a través de los árabes, y no por los fenicios como se ha creído hasta ahora). Ya desde época de los Otomanos, en toda la zona mediterránea, los árabes nos enseñaron a degustar la fruta, en especial los dátales combinados con jamón, panceta (hoy no pueden comer cerdo, pero nosotros si lo combinamos en la zona de Elche y Orihuela). Algunas danzas, no llegaron a esta zona, como la danza del vientre, que aún no se sabe si es indio o egipcio, y que los cíngaros trajeron por estas tierras hace tan solo 500 años.